De cómo en este caso se pudo evitar el derribo de una ducha de obra para localizar una fuga donde no era.
Los arrendatarios de un bar en planta baja reclamaban la aparición recurrente de goteras en un punto que coincidía debajo del plato de ducha de la vivienda del primer piso. El fontanero que intervino inicialmente atribuyó el origen a la ducha de obra, detectó falta de lechada en algunos encuentros y procedió a relechar. La gotera persistió, por lo que se apuntaba como origen una fuga en la tubería de desagüe de la ducha.

Datos de partida: poca información y suposiciones sin confirmación
Antes de mi intervención, la ducha estaba señalada como orígen (y sentenciada a demolición). El encargo consistía en valorar la intervención al tratarse de una ducha de obra y con posible pérdida de armonía estética donde podrían surgir discrepancias de valoración entre propiedad y aseguradora.
El piso estaba alquilado por habitaciones y algunos inquilinos continuaron usando la ducha pese a que se les había solicitado no utilizarla para descartar otro origen. El bar solo abría fines de semana, por lo que tampoco existía un registro claro de cuándo aparecía la caída de agua, ni si coincidía con momentos de uso de las duchas.

Durante la primera visita se analizó el cuarto de baño y el área aparentemente coincidente con la gotera. Se realizó un ensayo de vertido en la ducha, añadiendo contraste trazador de fugas ultravioleta al agua.
No apareció fluorescencia en el falso techo del bar, ni tras los primeros minutos ni tras varias horas de seguimiento. Además observamos que el techo del bar tiene una lámina acústica que podría estar desplazando el punto de aparición de la gotera.
Con la hipótesis principal descartada, se amplió el análisis al entorno inmediato. A varios metros del baño existía un pequeño patio interior. En él, una esquina albergaba empotrada la bajante comunitaria de aguas, no visible directamente pero deducible por su emplazamiento. En la parte inferior, al retirar algunos objetos vemos signos de humedad.
Se practicó una abertura exploratoria mínima y con un boroscopio se localizó una fuga activa en la tubería de evacuación comunitaria.

Hallazgo del origen y delimitación de responsabilidades
El agua procedente de la bajante comunitaria discurría oculta en el interior de una pared, descendía hasta el techo de la planta baja y caía sobre la lámina acústica que la transportaba varios metros antes de hacerse visible en el techo del bar.
La ubicación del punto de goteo coincidía en planta con la ducha por pura casualidad, pero sin relación causal —a pesar de que ya había sido asumida como tal y la intervención destructiva estaba a punto de comenzar—.
Resultados y beneficios para el cliente
Con métodos sencillos basados en evidencia —sin emplear costosos métodos de localización de fugas ocultas ni realizando aparatosas intervenciones destructivas—, el caso se resuelve con:
- Localización precisa del origen real de la fuga sin intervención destructiva.
- Eliminación de un diagnóstico previo incorrecto.
- Ahorro económico importante al evitar la demolición de la ducha y pérdidas por inhabitabilidad.
- Corrección en la asignación de responsabilidades: nuestro cliente no era responsable directo al ser una fuga de bajante comunitaria